sábado, 4 de agosto de 2018

4 de Agosto. Objetivo Birmania:Mandalay

El vuelo de Air Asia hacia Mandalay sale puntualmente. Air Asia es la mayor de las compañías Low cost de Asia y también la más  grande.



Está es la segunda vez que vengo a Birmania, o Myanmar como se le conoce ahora. La primera vez fue cuando España ganó el Mundial y aún dirigía el país la Junta Militar, que ahora ya en Democracia, sigue teniendo un papel decisivo.



Mandalay es una ciudad de una extensión muy grande, que apenas tiene edificios altos y que cuenta con un Palacio Real amurallado y rodeado de un enorme foso, que la hace fácilmente reconocible. De momento, salvo la proliferación de tiendas de teléfonos móviles y algún local de un partido político, no noto grandes diferencias con el país de hace 10 años aunque ahora ya existe Internet en todos sitios, cosa que antes era una quimera.


Pero este viaje a Myanmar va a ser totalmente diferente al anterior, porque no tengo previsto visitar ninguna de las dos grandes atracciones del pais. Bagan y el Lago Inle impresionantes pero que ya conozco. Ahora que tengo la libertad de moverme solo y no con un grupo como antes, voy a intentar ver algo más de la vida real de pais, como también haré en Vietnam.


Aún sin mi mochila, he tomado al llegar un taxi con aire acondicionado para llevarme desde el aeropuerto a mi hotel. El precio es de 10 euros, sin aire acondicionado te puedes ahorrar un par de euros no llega. El taxi para compartir entre 7 vale unos 3 euros.


Los monzones siguen tratandome bien y hoy tampoco ha llovido, incluso el sol picaba de lo lindo y las temperaturas eran altas. He comenzado mi recorrido a pie de la ciudad bordeando el enorme foso del Palacio, aprovechando las sombras de los árboles y la escasa brisa que a veces soplaba. Sin embargo he encontrado un simpático moto taxista que me ha convencido que por un euro podría ahorrarme una buena sudada y me ha acabado llevando al centro a tomar una cerveza y comer algo. La cuenta ha ascendido a 1,5 euros y me he dejado la sopa porque el restaurante local sólo contaba con ventiladores.




La vuelta si que la he hecho totalmente a pie y me ha llevado un par de horas, zigzigeando entre calles, todas anchas y con escaso trafico, quizás porque es sabado. Resulta difícil encontrar una cafetería donde refrescarte. No tienen mucha costumbre aqui. Parece que los sitios con refrigeración están destinado a extranjeros residentes y alguno de los pocos turistas que visitan el pais.




Tras contactarme sobre la localización de la mochila, indicando que llegará a este aeropuerto mañana a partir de las 14,00 y en vista que eso supondría modificar mi ruta, que ya está muy ajustada, he tenido que ir a comprar algo más de ropa y he ido a una zona de mercado local tras mi hotel donde he visto a las primeras mujeres con la famosa Tanaka en sus caras, que utilizan para proterse del sol y cuidar su piel. En muchas ocasiones lo utilizan tambien por estética 



A la vuelta, ya de noche he podido oír los cánticos en una pequeña pagoda del barrio, en el que sólo había mujeres, también he visto a los primeros monjes del dia, algo extraño en el país donde se practica más el budismo.



Tengo idea de madrugar mañana para aprovechar el día, porque a partir de las 9 no se ve un alma en las calles y la falta de alumbrado público fuera de las calles principales con el mal estado del alcantarillado externo con muchas de sus trampillas rotas, no motivan al paseo nocturno pese a la buena temperatura y la brisa a esas horas.












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