Tras unos ajustes en el taxi compartido, ya que han juntado el pasaje de dos en uno sólo, hemos salido con algo de retraso hacia Sittwe, la capital oficial del Estado, porque Mrauk U, que comenté que era la capital, sólo lo fue en sus mejores tiempos. El viaje nos lleva aproximadamente 3 horas y aunque pego cabezadas, veo que hemos cruzado varios rios, esta vez por puentes, aunque alguno con tablas de madera en lugar de asfalto.
Tal como habíamos quedado, tanto a mi como a una pareja de franceses que nos hemos conocido al bajar del taxi, nos han dejado en el aeropuerto de Sittwe. La idea era cambiar el billete de mañana y lo he conseguido finalmente por la App de la compañía. No ha sido posible cambiarlo para el vuelo que salía sobre las 13,00 horas y me tengo que conformar con el de las 17,40, pero ésto me permite conocer Sittwe. Los amigos franceses que si tenían confirmado el de esta tarde si han conseguido salir a las 13,00.
Debo ser de los muy pocos occidentales que han pateado esta ciudad situada en el Golfo de Bengala. Normalmente Sittwe sólo es utilizada por los turistas como puerta de entrada a Mrauk U. Yo lo he hecho en unas 3 horas y aunque la ciudad no tiene ningún encanto, si tienes cosas muy interesantes.
El taxi desde el aeropuerto, me ha costado 3000 kyats, 1,8 euros. Me ha dejado en la calle principal, que he recorrido de arriba a abajo. He intentado allí averiguar el saldo de mi tarjeta SIM pero no he conseguido aclarar nada. Luego ha buscado sin éxito un restaurante con aire acondiconado y he acabado en el que parecía el mejor de la calle y que contaba con ventiladores, donde amablemente me han asignado uno en exclusividad. De nuevo he comido arroz con verduras por que en esta zona son especialmente buenas.
Sin querer, he llegado a lo que debería ser su frente maritimo. Desde la terraza de un restaurante desierto he podido fotografiar la playa, sucia y con arena oscura, donde el agua es marrón, puede ser que por la desembocadura del río aunque es más probable que se deba al efecto de las varias dragas que están haciendo su trabajo. Y es que esta ciudad está cambiado su fachada marítima por un puerto comercial de nueva construcción, con capital birmano e indio que está destrozando la playa pero que sin duda revitalizará toda la región. Posiblemente en este caso valga la pena. No hay más que tener en cuenta que aunque cueste 1 hora llegar en avión a Yangón, la antigua Rangún, si lo haces en autobús necesitarías 28 horas. Seguramente en la gran inversión que está región estaba esperando para salir del completo ostracismo.
El paseo marítimo cuenta con un mercado, que aunque es Domingo y los bancos y estamentos oficiales parecen cerradas, mantiene una actividad frenética en lo que al resto se refiere. La calle está a rebosar de gente y puestos de comida y ropa. No se puede acceder a la playa porque tiene una alambrada de espino por las obras, y en cualquier caso parece más un vertedero que otra cosa.
Uno de los aspectos más interesantes de la ciudad es que hace no muchos años era de mayoría musulmana. Hoy no queda ni uno sólo de los Rohingyas. Las pocas mezquitas que quedan están abandonadas y con alambradas vigiladas por la policia. Es uno de los casos de limpieza étnica más brutales y digamos que efectivos que nunca ha existido. Los tienen a todos en campos de refugiados y no existe el más mínimo rastro de su pasado, aparte de los escasos minaretes. Yo solo he visto lo que creo que es uno, porque posiblemente le habrán quitado todo lo que recordara al Islam.
El tuk tuk de vuelta, tambien 3.000 Kyats, me ha dejado de nuevo en el aeropuerto, donde sólo existe una cafetería y 4 puestos de facturación manual que abren cuando hay un vuelo. Calculo que deben tener 4 ó 5 al día. La cafetería es el único lugar que cuenta con aparatos de aire acondicionado. De nuevo amablemente me ceden una mesa junto a uno de ellos.
Como sólo hay un vuelo no tiene pérdida, aunque me voy a la sala de embarque al ver desde fuera que tiene refrigeration. Al pasar el control de seguridad, tras chequear mi pasaporte en dos mesas contiguas, una de inmigración y otra de Policía, se incautan de mis tres mecheros. El avión es un reactot Embraer 190 bastante moderno.
Yangón es la ciudad más importante del pais. No la capital administrativa que es la nueva ciudad de Naipyidó, una ciudad al estilo de Pyonyang en Corea del Norte. Fue creada, nadie sabe para qué, por la Junta Militar que gobernó el país durante tantos años, para alojar a la élite de la militar y sus acólitos. Hoy por lo que he leído es una de las ciudades con las avenidas más anchas del mundo sin apenas vehículos que las atraviesen.
Hoy no hay tiempo para tantear la ciudad porque ya es tarde cuando llego, ya estuve en 2008 y es donde espero ver los cambios más significativos en el pais desde la llegada de la Democracia y posteriormente de las, supongo, nuevas inversiones. Pero eso ya será mañana. De momento mi hotel tiene una terraza muy chula, aunque dando una vuelta después de cenar por una calle cercana he visto una rata peluda del tamaño de un conejo.
La cosa se pone interesante !
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