Hoy me he levantado a las 9, hacia mucho que no dormía tanto, pero hoy no tenía ningún plan especifico.
Me habían recomendado en el hotel visitar por la mañana el Ham Rock Mountain Park, que es un parque que está tan sólo a unos 100 escalones de mi hotel, porque se puede dar una vuelta de 500 metros o subir los escalones directamente. El precio de acceso al parque es de 70.000 Dongs, menos de 3 euros.
Aunque no deja de ser un parque, tiene el atractivo, por decirlo de alguna forma, que hay que subir a la montaña, por lo que es como si de otro pequeño trekking se tratara. Esta vez como es lógico no iba preparado con calzado adecuado y con la humedad y el musgo, resbalaba mucho y había que subir los escalones con mucho tiento.
La idea era conseguir espectaculares vistas del valle, pero pese a que he subido hasta lo más alto, la vegetación me lo ha impedido.
El parque tiene una leyenda sobre dragones de fuego que la crearon, y por alguna razón la consideran tierra sagrada, aunque apenas, por no decir nada, hay algo religioso en toda su extensión. Aunque puedo ver a los perros en su posición habitual durante el dia. Aquí casi hay como una sola raza de perros.
Al final si he conseguido alcanzar un punto donde tengo una vista de la ciudad completa. La verdad es que es más grande de lo que parece. Ha sido casi una hora de subida aunque la temperatura era buena y se llevaba bien.
La bajada, más rápida, pero con mucha precaución por lo resbaladizo del terreno, han sido unos 20 minutos. Ha empezado a llover en ese momento de forma bastante intensa, afortunadamente ya estaba a punto de salir y me he resguardado en un bar a la salida, donde he tomado un café vietnamita, preparado de una forma muy singular. Los cafés de Indochina tienen un sabor muy diferente, aunque no se si se debe al producto o al tostado.
Hasta las cinco de la tarde no sale mi autobús para Lao Cai, así que aprovecho el tiempo que me queda y me doy un masaje en uno de los muchísimos locales que hay en Sapa. Muchos de ellos comparten el personal como si éstos fueran autónomos, y son avisados en cuanto llegas. En mi caso no ha hecho falta porque ya había alguien. Un masaje herbal de 90 minutos por menos de 10 euros.
Para la comida hoy me he decidido por un plato de la zona en un restaurante de buena pinta. He comido un ganso con miel y naranja. Muy bien servido y que no estaba mal. Con una cerveza local, unos 7 euros.
Era hora de volver a llenar la mochila, que aprovechando los dos días que estaba aqui, he llevado la ropa a lavar. Un total de 2 kilos, unos 2 euros. Hay mucha gente que se lava su ropa en su habitación del hotel, yo francamente a estos precios no me parece que valga la pena el esfuerzo.
A las cinco en punto me ha recogido el minibus. Esta vez aunque hemos recogido más gente no iba lleno y me ha permitido, más o menos, hacer algunas fotos y algún video, porque tomar fotografías a través del cristal y con tanta vegetación con el vehículo en marcha no resulta facil.
Son 36 kilómetros de subida y sobre todo bajada, con una curva detrás de otra, no hay ni una sola recta que alcance siquiera 80 metros y además hay mucho tráficos de minivans y motos y algunos otros vehículos, que hacen que la velocidad media sea de no más de 40 kilómetros por hora. En cualquier caso hay que destacar que los conductores en este país son especialmente prudentes.
Tras una hora aproximadamente hemos llegado a Lao Cai. Nos han dejado en la estación del tren pero aún faltaban más de 3 horas para la salida. Todo el mundo llegaba a esas horas y se iban a los restaurantes de alrededor.
Yo he preferido andar un poco hacia la frontera china, ya que Lao Cai es una ciudad fronteriza, y de ahí su importancia y riqueza.Tras aproximadamente 20 minutos andando llego al rio. Ya ha caído la noche y está todo iluminado de una forma muy espectacular.
Al fondo se ven algunos edificios y leo en uno de ellos Casino. Algo habitual en las localidades fronterizas con China. Además ésto explica la gran cantidad de karaokes que hay en esa calle, que no parecen otra cosa que burdeles. En una manzana abrían como 15, alguno de ellos espectacular y el resto cutres.
Como hacia tanto calor como en Hanoi, he decidido darme la vuelta y no llegar hasta el final, ya que no puedo sudar demasiado si tengo que compartir un camarote de tren.
He vuelto hacia la estación, donde antes había dejado en una especie de consigna la mochila, pagando poco más de un euro. En frente un restaurante con aire acondicionado, repleto de pasajareros del tren, que como yo han aprovechado para cenar algo.
Subo al tren, media hora antes de la salida, porque es donde más fresquito se está, además empiezan a caer unas gotas y se ven algunos relampagos, que tras 30 intentos he conseguido fotografiar.
En la cabina voy con un vietnamita joven, precisamente de esta ciudad, Lao Cai. Habla tan bajito que no hay forma de oirle, así que acabamos pronto la conversación. Tiene cara de muy buen chaval pero tiene un móvil, que si no le quita el sonido, tiraré por la ventana. Las dos literas de arriba quedarán libres. El tren sale puntualisimo a las 21,40 y si no pasa nada llegará a las 5,40 de la mañana a Hanoi donde debo coger otro tren o autobús hasta mi próximo destino Ninh Bihn. El chaval finalmente cierra la puerta del compartimentos, apaga la luz y deja en silencio su telefono, con lo que intento echar una cabezadita.
vas por el buen camino, esto ya parece mad civilizado.
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